martes, 2 de noviembre de 2010

¡¡¡CHIPA…CHIPA!!!

De chicos escuchábamos corrientemente este pregonar en las calles, en los paseos públicos o en las terminales de ómnibus.

Desde aquellos tiempos hasta el presente, la chipa (o chipá, acentuado, como se la conoce en otros ámbitos de la antigua provincia guaranítica) ha recorrido innumerables caminos gastronómicos e incluso de ser una comida popular ya ha ingresado a los salones, sumándose al graneado menú del “buffet-froid”.

Los misioneros llamamos generalmente chipa a un pancito hecho de almidón o fécula de mandioca, con queso, leche y una manteca o grasa que se cocina horneándolo.

Por sus componentes, la preferencia de consumo es caliente o tibio, pero en algunas preparaciones más blandas o “soufflé” también se las consume frías.



El almidón de mandioca se obtiene por el rallado de los tubérculos de la mandioca a cuyo producto, se le incorpora agua y luego mediante el decantado se obtiene una pasta blanca. Una vez secada la mencionada pasta, se obtiene un polvo blanco de semejanza a una harina muy tamizada, que es el almidón.

Los hay artesanales y otros que se elaboran a escala industrial

Si bien en la actualidad se venden chipas en góndolas de supermercados, en panaderías y hasta se ha elaborado una pre-mezcla instantánea para hacer chipitas, todavía se la sigue preparando en los hogares como un deleite de la repostería casera.



También perduran los “chiperos” o “chiperas” que son los vendedores ambulantes que se suelen estacionar en esquinas con canastos o exhibidores vidriados y también hay quienes recorren la ciudad en bicicleta haciendo sonar timbres o bocinas identificatorias o regalándonos de viva voz su pregonar.

La chipa si bien tuvo su razón de ser como un tente-en-pié o un desayuno en plena marcha o viaje, sigue siendo aquí la preferida a la hora del mate.

Unas veces apoyo sólido de los amargos de la mañana y otras, esas delicias horneadas, tibias y compartidas con la visita o la compañera inseparable, que hace una pausa para compartir los matecitos de la tarde.

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