lunes, 7 de febrero de 2011

Tomamos un tere?

Un convite muy corriente en los días calurosos que transcurrimos:-“¿Tomamos un tere?”…

Apócope verbal que nos permite la pausa refrescante o el resguardo a una sombra para atenuar los rigores del verano.

Tereré. Mate con bombilla y agua fría. Así nació y como tal, en muchos sitios perdura.



Aunque ahora el líquido tiene un sinnúmero de variantes. Jugos, hierbas aromáticas o medicinales, jugos artificiales en sobre, limonadas, y hasta quienes se atreven: con gaseosas.

Dicen que el tereré lo inventaron los soldados paraguayos de la Guerra del Chaco, quienes para evitar ser descubiertos por el enemigo, no prendían fuego ni para calentar agua.

Yerba nunca faltaba en la mochila y el agua, era “natural de la vertiente”.

Así aún se sigue tomando en muchos sitios. Yerba, bombilla y agua de pozo fresquita y natural. Nada de hielo.

En la actualidad el tereré sigue siendo por aquí, la más popular de las bebidas del verano. En algunos casos ya se han incorporado las llamadas “yerbas compuestas”. Mezcla de yerba y hierbas medicinales con propiedades diversas.

Los quioscos también han sumado venta de hielo en trozos, para la jarra o el bidón térmico y hay hasta quienes te “alquilan” un equipo de tereré para tomarlo en la pausa necesaria de la siesta.

Si viene a Misiones, no deje de probarlo.

Muchos suelen tenerle cierto recelo, pensando en algún desorden intestinal, pero eso se supera cuando la primer “terereseada” empírica ha sido felizmente cumplida.

Como un símbolo de cordialidad y buena recepción, en ritual de atenuar los sofocones y la sed, (o tener la excusa para charlar un poquito más informalmente) la pregunta sigue repitiéndose: ¿Tomamos un tere?...

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