viernes, 15 de julio de 2011

Delicia de Quinotos en Almíbar

La estación invernal, naturalmente, ofrece en esta región la madurez de los cítricos, algunos de los cuales consumimos como fruta fresca y saludable fuente de vitamina C.
De la misma oferta tomamos una buena parte para elaborar dulces, mermeladas y conservas para que su sabor y sus beneficios perduren con el correr de los meses.
Poco espacio y abundantes frutos nos ofrece una planta de quinotos en el jardín y con ellos podemos dedicarnos a prepararlos y envasarlos en almíbar.
Acá viene la pregunta ¿Cómo los preparamos?... Y llega la respuesta de nuestro de nuestro artesanal emprendimiento…



La proporción ideal es 1 x 1 x 1: Un kilogramo de fruta – Un litro de agua – Un kilogramo de azúcar.
Con esa cantidad tenemos materia para rellenar siete frascos chicos o lo suficiente tres frascos grandes y uno chico de quinotos en almíbar.

Lavar y despuntar una a una las frutas. Escurrir y dejar en reposo.
Primero preparamos el almíbar. Ponemos a calentar el litro de agua y cuando rompe el hervor, le agregamos el kilogramo de azúcar, revolviendo continuamente.
Bajamos la hornalla a fuego mínimo y al cabo de unos 20 minutos tomando una cucharada la volcamos lentamente, si comprobamos que el líquido ya alcanzó el denominado “punto hilo”, el almíbar está en su punto.
Agregamos la fruta y continuamos revolviendo lentamente. Pasados otros 20 o 30 minutos de cocción, veremos que los quinotos tornan a un color cristalino o adquieren cierta trasparencia. Allí está lista la cocción.



Es el momento de envasarlos. Ponemos primero las frutas, tantas como entran en un frasco. Luego incorporamos el almíbar hasta el tope del recipiente, cerramos las roscas e invertimos los frascos hasta que se enfríen.
En esta condición podrán almacenarse en lugar fresco y resguardado por varios meses. Si el frasco no tiene rosca hermética o si se abrió para consumir solo una parte del contenido, debe guardarse en la heladera y consumir en el menor tiempo posible.
Recordar que con el correr de los días el sabor se irá acentuando. A partir de los diez o quince días estará en su momento de degustación ideal.
Es fundamental tener presente para esta elaboración o para cualquier tipo de conserva que elaboremos, que se deben aplicar precisas medidas de higiene, tanto personal como de todos los elementos que utilicemos para que nuestros alimentos preserven si salubridad.

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